La Presidenta argentina tiene la oportunidad de vender carne a Corea, un país en Asia con una economia 4 veces mayor que la de Argentina, un bolsillo profundo, y una gran posibilidad de sacar al país del Sur de su estacamiento financiero con una politica agresiva ganadera de exportación.

En lugar de trabajar en aprovechar este momento, el Gobierno argentino; es caprichoso, como mujer que quiere el vestido nuevo.
No puede ver la gran fortuna que le espera podiendo vender sus productos tradicionales, algo hecho en forma histórica, encontrando una economia internacional, con un hambre global.

Aunque el país Argentino tiene limites en cuanto a la cantidad de carne que puede exportar, siempre puede gestionar nuevos limites, y fijar una politica que le permita nuevos rumbos a su carne.

La historia le toca a la puerta. Del otro lado, un grupo cargado de intereses peleandose por nada, por nada distinto.
Los dos ganan en la nueva economia global, pero, como el país sigue siendo dependiente de influencias extranjeras, se les esta llendo de las narices, la gran oportunidad de suplir a los Estados Unidos en la venta de carne a Corea, un país que desconfia de….bueno, mejor dejar alli la loca explicación.

El país argentino puede lograr arrancar ahora. Puede esperar un par de decadas más, ya que quizás, no han peleado lo suficiente. Pero como, los politicos argentinos, aunque inteligentes y capaces, van a terminar comerciando carne y leche, hoy desperdiciada… con los marcianos, ya que van a ser los únicos que acepten las condiciones argentinas.